Crees que la danza sirva para desahogarse?

jueves, 22 de julio de 2010

La Danza y el arte



La danza, como arte natural y primordial por excelencia, tiene un valor universal y simbólico, porque expresa un sentimiento, un estado del alma. Colabora en la expresión de los mitos, transmisores a su vez de la obra mental del pasado, donde se sobrepone al mundo físico ese otro mundo psíquico elaborado por la humanidad siglo tras siglo, como uno interpretación poética de lo misterioso, vital y eterno, que unen al hombre y sus problemas con la naturaleza.

La más primitiva excitación estética, la del ritmo, encontró en la danza su inmediata expresión desde que los hombres prehistóricos prestaron atención a los sonidos repetidos de la naturaleza. Por eso la primera expresión del ritmo fue ejecutada gracias al repetido chocar de los bastones, el batir de palmas o el choque continuado de los pies con el suelo. Más tarde se agregó la cadencia acompasada del cuerpo, los movimientos de brazos y piernas, así como la asociación de la voz. Pero el momento que a todas esas manifestaciones externas se unió la intención interna de un significado pasional además del placer estético, fue cuando la danza empezó a ser la expresión más completa de los sentimientos humanos.

Pero la danza no evolucionó en expresión interna porque le incorporasen a ella diversos instrumentos musicales; en este aspecto fue casi siempre más emotivo y profundo el monocorde acompañamiento de los tambores que la más bella expresión de canto o el conjunto ya evolucionado de varios instrumentos, porque la danza fue siempre expresividad por sí misma, y sólo el sentimiento estético de los ejecutantes, así como su contenido psíquico y pasional en la ejecución, es lo que hizo a ésta subyugante. Es el punto donde la danza y la música se separan para seguir rumbos distintos en su propia evolución a través de los milenios. Pero es el caso que la evolución es una idea más adecuada a la música que a la danza en términos generales, porque la música es una elaboración de lo consciente y la danza es un producto del inconsciente, con todo su valor dominador y primitivo, donde el hombre halla las raíces de su propio pensamiento y el porqué de sus actos más insospechados.

Por eso la danza tiene, además de su valor estético, el de su espontaneidad; y desaparecida ésta por preciosismo o aditamientos artificiosos, tiene precisamente su primigenio valor emotivo y evocador del inconsciente del hombre, donde éste se encuentra a sí mismo. En cambio, la música, insuperable en sus concepciones intelectuales, nos lleva por el camino de lo consciente, de lo artísticamente evolucionando, y puede revelar sentimientos con gran precisión, con mayor exactitud a veces que las palabras; pero hay sentimientos envueltos en el tumulto de nuestras pasiones que sólo la danza es capaz no sólo de expresar, sino de hacer brotar de lo más profundo de nuestro inconsciente olvidado. Mas toda música lleva en su esqueleto una gran parte de danza, y hasta nuestros días, ese contenido bailable lo vemos expresado directamente en los movimientos del director de orquesta, que ponen en su "danza mímica" todo su espíritu. Y es precisamente el ritmo lo que la música debe a su progenitora la danza, la cual parece una madre llena de recursos fecundos, inmutable a través de los siglos, tan segura de su fuerza como la propia naturaleza que la creó para expresión humana de sus fuerzas vitales, porque en la naturaleza todo es ritmo, y ello reside la esencia de la vida. Por eso la danza tiene un valor vital esquemático y funcional, que la hace ser como una proyección humana del movimiento universal del cosmos.

La danza fue desde sus comienzos la ejecución artística para la que el hombre se halló mejor dispuesto. Su aspecto como auxiliar de efectos mágicos o rituales no fue en detrimento de su valor como arte; por el contrario, el pretendido significado místico de muchas danzas sirvió de palanca al desarrollo artístico de su expresividad. Por otra parte, en las danzas pantomímicas que imitaran las actitudes de diversos animales se advierte un oculto contenido de hechizo primitivo, como el de las danzas propiciatorias de la caza, en las que el cazador imita a su presa, en una asociación elemental de ideas de magia imitativa. Es aquí donde el tatuaje y la máscara dieron a las danzas del período más primitivo, aún existentes en muchos pueblos, un auxilio a su significado totemístico.

Pero la danza no dejó nunca de ser arte, imprescindible si ella constituye auténticamente elemento expresivo, de tal forma que si en ocasiones la danza se hizo evolución ñoña e intrascendente de palaciegos que contaban mentalmente los pasos, dejó de ser danza auténtica para convertirse en un paseo mecanizado sobre las baldosas del salón, sin contenido emotivo o evocador, porque nada pretendía de expresar y sólo constituía el placentero ir y venir de damas y caballeros hacia su encuentro respectivo.


1 comentario:

  1. La danza utiliza el movimiento como medio expresivo. La belleza de los movimientos, tanto individuales como en los conjuntos, se dan por medio de una armonìa que se respalda con exclusividad en la simetrìa y el equilibrio. Un movimiento serà bello o no, en realidad con la finalidad expresiva, y con la veracidad de respuesta dada al sentimiento que la origina.

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